viernes, 12 de marzo de 2010

Mariposas


Con el viento húmedo y las nubes grises llegó el presagio de lo que sería el año de las mariposas. Aunque todo parecía cotidiano y conocido, las hojas formaban remolinos en el aire y en cada esquina se escondía un secreto ancestral. Llevaba años creciendo, quieta y misteriosa, preparándose para lo que vendría. Y lo que esperaba con tantas ansias llegó cuando más distraída estaba… ya era hora. Todo estaba dado. Los faroles despedían la noche y se apagaban con los primeros rayos de sol, las cortinas se subían, buenos días de ida y vuelta, párpados hinchados y bostezos de a montones. Las mariposas comenzaron a revolotear desordenadas, y en una lluvia de colores y aleteos descubrió que era un comienzo, un nuevo día especial y distinto a los demás. El año de las mariposas sería un gran año.

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