viernes, 9 de diciembre de 2011

Sin título




Pasan los días, las caricias, las palabras y cada vez te volvés más grande y majestuoso para mí. Conozco en intimidad y profundidad. De a poco, soy casi una experta. Quizás para cuando no seamos tan jóvenes y todo se ponga un poco más blanco, ya sepa moverme con soltura por los caminos sinuosos que llevan a tus secretos. En el mientras tanto, corro, bailo y camino de la mano con vos por las curvas y contra curvas que te llevan a destino. Me caigo y tropiezo de vez en cuando pero lo recorro feliz disfrutando cada segundo. Se suman los días, se suma la vida y el resultado es la experiencia, lo vivido que te moldea tierno y fuerte… lleno de ganas de ser. Celebro lo que hierve adentro tuyo y sigo caminando a tu lado por muchos años más. Quiero ver lo que vas a ser, porque ya me enamoré del boceto.

Cumpliendo con la felicidad y los años


El blanco y el negro, opuestos naturales perfectos, se complementan en armonía cuando ella sonríe. Como en la vida, los opuestos no sólo se atraen, sino que suceden unos a otros en cada momento. Levantamos el teléfono para escuchar una gran noticia cuando pensábamos que teníamos el peor día. La ciudad se moja a cántaros en esa fecha tan feliz y especial. Las vacaciones se terminan justo cuando empezabamos a disfrutarlas… y así. Será que tenemos que amigarnos con los opuestos y entender que son sólo momentos, que la felicidad (según lo que me dijeron una vez) “son chispas que salen del gran fogón”. Ese fogón me gusta pensar que es Dios. Como las chispas, la felicidad no es algo constante y está compuesta de miles y millones de momentos, instantes, palabras, sabores y miradas. Hoy en el día feliz de las bodas de plata de su vida, de su humilde pero valioso cuarto de siglo, seguramente haya opuestos peleándose por aparecer, sentimientos que no quieren callarse. Pero ella, sabia, sabrá mirarse con ternura y entender que las chispas hoy son muchas y más brillantes que nunca. Y así, una vez más el negro de su pelo se opondrá al blanco de su sonrisa perfecta para brindar por todos los chispazos que venimos compartiendo juntas.


Un reflector lo alumbra y lo rotula como protagonista. 
No tengo otra alternativa más que mirar hacia él, hacia el foco de luz, la palabra expresada en voz alta.

Olvido




Yace en el hostil suelo de cemento. Derrotado y sucio. La ciudad y la calle murmuran a todo volumen su desgracia y al mismo tiempo lo ignoran por completo. Margen. Es la encarnación del sueño no cumplido, del dilema no resuelto, la enfermedad no curada, el amor no correspondido y tantas otras cosas más. Por eso, mejor voltearse para no ver. Consulte a su médico, saque turno con el psiquiatra y enamórese en cualquier esquina. Que no le pase como a él que yace en el hostil suelo de cemento vació por dentro pidiendo a gritos que alguien lo recuerde.