lunes, 11 de agosto de 2008

Compañía para el alma


Es fragil y quebradiza. Dos mujeres, una niña y una mujer, viviendo en el mismo cuerpo, compartiendo la misma vida. Peleandose y reconciliándose a cada rato. Típica mujer de junio. Perfecta compañera de camino.
Sólo juntas podemos ser nosotras mismas, reirnos con la misma intensidad con que lloramos. Turnarnos las mochilas y seguir andando... siempre juntas.
Es tan liviana que a veces vuela. Me lleva a pisar nubes, muy lejos de donde mis pies estan acostumbrados a sostenerme. Ella me agarra de la mano y empiezo a subir. Desde arriba veo qué pequeño e insignificante es todo lo que a veces logra asustarme.
Estallan nuestras risas y vuela magia en el aire. El tiempo se detiene por un segundo y comprendo que nunca dejé de tener diez años. Después de un rato las palabras pesan más, el aire se pone mas denso y entónces somos dos mujeres sorprendidas, defraudadas y apasionadas por la vida. Sólo nosotras soportamos y entendemos las fluctuaciones de sentimientos que atravezamos.
Cada una sostiene un espejo. Yo me veo tal cual soy en su reflejo, y ella en el mío.
¿Amigas? No alcanza.
Es una compañía para el alma.

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