Si todavía tengo el derecho después de la docena, quiero
decir que añoro. Quiero decir que me falta. Quiero decir que tuve y no tengo.
Si todavía tengo el derecho después de la docena, quiero
llorar. Quiero extrañarte en cada uno de los momentos en que me conformé con el
aire del recuerdo.
Si todavía tengo el derecho después de la docena, quiero
alegrarme. Quiero mostrar el orgullo de llevarte en un rasgo, en un libro en mi
mochila y en estas palabras.
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