viernes, 9 de diciembre de 2011

Cumpliendo con la felicidad y los años


El blanco y el negro, opuestos naturales perfectos, se complementan en armonía cuando ella sonríe. Como en la vida, los opuestos no sólo se atraen, sino que suceden unos a otros en cada momento. Levantamos el teléfono para escuchar una gran noticia cuando pensábamos que teníamos el peor día. La ciudad se moja a cántaros en esa fecha tan feliz y especial. Las vacaciones se terminan justo cuando empezabamos a disfrutarlas… y así. Será que tenemos que amigarnos con los opuestos y entender que son sólo momentos, que la felicidad (según lo que me dijeron una vez) “son chispas que salen del gran fogón”. Ese fogón me gusta pensar que es Dios. Como las chispas, la felicidad no es algo constante y está compuesta de miles y millones de momentos, instantes, palabras, sabores y miradas. Hoy en el día feliz de las bodas de plata de su vida, de su humilde pero valioso cuarto de siglo, seguramente haya opuestos peleándose por aparecer, sentimientos que no quieren callarse. Pero ella, sabia, sabrá mirarse con ternura y entender que las chispas hoy son muchas y más brillantes que nunca. Y así, una vez más el negro de su pelo se opondrá al blanco de su sonrisa perfecta para brindar por todos los chispazos que venimos compartiendo juntas.

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