viernes, 13 de junio de 2008

Un secreto de la vida


Brillantes, negros, profundos. Van y vienen constantemente tratando de registrarlo todo. Inquietos. Quieren descubrir qué se esconde detrás de las palabras que no entienden y las conversaciones de las que, todavía, quedan afuera.Los ojos de Francisco siempre desbordan de curiosidad. Hoy, de satisfacción porque descubrió un secreto de la vida. Ese que se escondió en cada rincón durante ocho años. Incluso habiendo sido descuidado y evidente, el secreto seguía sin ser descubierto.Un paso más lejos de la niñez. Un paso más cerca de crecer, de empezar a entenderlo todo (o casi todo). Hoy cayó el velo que mantenía oculto este secreto y con él llegó la responsabilidad de aprender a guardarlo hasta que otros ojos inquietos y curiosos lo atrapen en su escondite de años.Francisco todavía ignora la cantidad de secretos y misterios que tiene la vida. Algunos más escondidos que otros. Refugiados en laberintos de palabras. Esperando ser descubiertos para poder entregarnos la pista que sigue, la pieza del rompecabezas que falta, la respuesta que tanto buscamos.

Reflexión que escribí cuando mi sobrino de 8 años me llamó para contarme que se había enterado de que Papá Noel no existía. "Ya sé un secreto de la vida" me dijo.

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